Combatiendo la resistencia a antibióticos

Aunque hay muchos más antibióticos disponibles hoy que hace 50 años, también hay muchas cepas nuevas de bacterias que no se ven afectadas por ellos. Estamos constantemente tratando de desarrollar nuevas drogas, y nuevas estrategias para administrárselas a los individuos enfermos para prevenir el desarrollo de la resistencia en bacterias.

Si queremos tener una oportunidad en la batalla evolutiva entre los antibióticos y las bacterias, deberíamos tener en cuenta algunas cosas.

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   Los antibióticos deberían ser utilizados sabiamente. Actualmente, los antibióticos no solo son recetados por doctores. Los antibióticos son administrados al ganado (vacas, cerdos y pollos) como tratamiento preventivo o para incrementar su crecimiento. Mientras el uso de antibióticos en los alimentos no está directamente relacionado a la resistencia de antibióticos en bacterias que plantean problemas médicos para los humanos, los investigadores están comenzando a aprender que los antibióticos en el sistema de desechos pueden causar selección de bacterias resistentes de otras maneras. No entendemos por completo los efectos de los antibióticos sobre la evolución de las bacterias en los amplios ambientes en los que usamos estos antibióticos – incluyendo el cuerpo humano, el ganado, las alcantarillas y en otros reservorios. Hasta que tengamos un mejor entendimiento de esto, deberíamos limitar el uso y desperdicio de antibióticos tanto como sea posible. Como parte de usar los antibióticos más sabiamente, también deberíamos ser más cuidadosos en tratar nuestros raspones u otras heridas para intentar prevenir infecciones, y ser cuidadosos con la comida que ingerimos. Si podemos prevenir la infección en primer lugar, podemos reducir el número de veces que nos apoyamos en un tratamiento con antibióticos a lo largo de nuestra vida.
2. Deberíamos incrementar la investigación en la producción de nuevos antibióticos y el uso de viejos antibióticos. El desarrollo de la medicina es a menudo lento y los antibióticos a veces son desarrollados para cepas específicas de bacterias y no son correctamente probados sobre cómo funcionan en otras bacterias. Necesitamos aprender más sobre cómo se puede usar este medicamento. En el pasado, nos hemos apoyado también demasiado en unos pocos antibióticos específicos, especialmente al principio en la penicilina, por ejemplo. Si tenemos un rango más amplio de antibióticos que funcionen de formas diferentes, podemos reducir nuestra dependencia en unos pocos antibióticos específicos. Esto nos daría más armas médicas para combatir a las bacterias, y reducir las probabilidades de que la resistencia a antibióticos se convierta en un extenso problema.

3. 

   
   Deberíamos incrementar la investigación en alternativas a los antibióticos. Los antibióticos no son la única forma en que podemos combatir a las bacterias, pero sí poseen uno de los efectos más grandes en la evolución de las bacterias. Esto significa que los antibióticos parecen causar resistencia más rápido que otras opciones de tratamientos, como las vacunas u otros inmunoestimulantes. Si somos capaces de desarrollar vacunas preventivas o incrementar de otra manera nuestras respuestas inmunes contra las infecciones, quizá seamos capaces de reducir nuestra dependencia de los antibióticos.

Con todas estas aproximaciones para ayudar con el problema de la resistencia a antibióticos, la cosa más importante que podemos hacer es difundir el conocimiento factual sobre la resistencia a antibióticos. Podemos ayudar con este problema asegurándonos de que estamos informados de cómo prevenir el uso excesivo de antibióticos en nuestras vidas, y tomar decisiones que ayuden con esta situación. También es importante que tengamos más científicos interesados en estudiar a las bacterias y la función inmune, para que podamos continuar creando nuevas estrategias en la batalla evolutiva entre los antibióticos y las bacterias.