Ambiente: la zona donde los seres vivos o de un grupo de seres vivos viven normalmente. También se llama el entorno natural.
Factible: algo que puede hacerse facilemente o es conveniente. Algo que es verosímil o probable.
Fósil: los restos, o una impresión de restos de una planta o animal que existió en una era geológica pasadaque ha sido removido del suelo.
Género: un grupo o categoría de productos que pueden incluir similitudes, apariencia, y su contenido. Algunos géneros cinematográficos son misterio, horror, comedia, ciencia ficción.
Hipótesis: una razón posible o explicación para una observación.
Mito: Historia que no se basa en hechos reales o en explicaciones naturales. Frecuentemente trata acerca de hechos o seres sobrenaturales.
Paleozoico: período (época) en tiempo geológico desde 544 millones hasta 230 millones de años.
Tráquea: en animales como los humanos, un tubo largo que es el pasaje principal para transportar aire hasta y desde los pulmones. En insectos son finos tubos que mueven el aire directamente hacia otros tejidos.
¿Es este un fantástico titular? Quizás, pero durante años las películas han usado estas míticas imágenes para asustar y entretener a millones de personas. Estos enormes insectos representados en malas películas de clase B existen principalmente en el reino de la ciencia ficción. Sin embargo, realmente existieron insectos de gigantes proporciones hace 300 millones de años. No eran tan grandes como camiones de construcción, pero algunos fueron muchas veces más grandes que sus parientes modernos. ¿Cómo lo sabemos?
Los fósiles poseen la evidencia. Los científicos saben que las libélulas con envergaduras tan amplias como las de los halcones y cucarachas suficientemente grandes como para atacar gatos domésticos vivieron durante la época Paleozoica (hace 245-570 millones de años). Al mismo tiempo, milpies mamut más largos que una pierna humana se deslizaban sobre suelo prehistórico. Cientos de diferentes especies enormes evolucionaron durante la época Paleozoica tardía. Todo esto sucedía cuando apenas los primeros dinosaurios aparecían. Poco después los insectos gigantes desaparecieron.
Hace 300 millones de años, insectos parecidos a la libélula actual tuvieron envergaduras de hasta 65 centímetros (cm). Meganeura, un género relacionado a las libélulas de hoy en día, tuvieron una envergadura tan amplia como la de un gavilán Americano pecho rufo que vemos volando hoy. Por comparasión, actualmente la libélula más grande vive en Costa Rica y tiene una envergadura de 19 centímetros (cm).
Estos antiguos insectos gigantes fascinan a Jon Harrison. Un fisiólogo y profesor de biología en la Universidad Estatal de Arizona. Harrison quiere saber por qué evolucionaron los insectos gigantes, y por qué desaparecieron. La respuesta podría encontrarse en cómo respiran los insectos. Harrison y su laboratorio están ocupados estudiando cómo afecta la respiracion de los insectos a su tamaño corporal. Están descubriendo que, debido a la forma en la que los insectos están construidos, altos niveles de oxígeno usualmente significan insectos más grandes!
Recientes descubrimientos geológicos indican que había un “pulso” en la concentración de oxígeno ambiental durante la época Paleozoica. En otras palabras, había mucho más oxígeno en la atmósfera hace 300 millones de años de lo que hay hoy en día. Durante este período, la concentración de aire alcanzó un 35%, casi el doble del actual nivel de 21%.
Curiosamente, el auge y caída del oxígeno atmosférico coincidió también con la evolución y extinción de insectos gigantes. Harrison y otros biólogos han propuesto que esto fue más que una coincidencia. Ellos hipotetizaron que los altos niveles de oxígeno podrían explicar la existencia de especies gigantes. La extinción de monstruos alados y escarabajos enormes luego de 100 millones de años podría ser también el resultado de niveles de oxígeno disminuidos que sucedieron al mismo tiempo.
Los científicos a menudo consideran varias explicacions para una observación tan misteriosa como la de los insectos de súper tamaño. Harrison destaca que, si bien existe buena evidencia para apoyar la hipótesis de que un prehistórico pulso en el oxígeno causó la evolución de insectos gigantes, no hay evidencia directa. No hay insectos gigantes vivientes, o fósiles de sus tráqueas. Como resultado, los biólogos se ven forzados a estudiar la segunda mejor opción: insectos emparentados aún vivos y arrastrándose y volando hoy en día. Una convincente prueba del oxígeno dependerá de la evidencia obtenida de estudios sobre varios de estos insectos.
Esto toma tiempo. Harrison y sus estudiantes están contribuyendo con el esfuerzo. “Nuestro trabajo es importante porque es la primera investigación que en mi conocimiento va a probar experimentalmente esta hipótesis,” sostiene. Pero hasta que él y otros produzcan los datos necesarios, su buen sentido científico le exige considerar otras explicaciones posibles. “Ha habido mucho de “gigantismo extinto” en otros grupos,” explica. Algunos ejemplos bastante conocidos son los dinosaurios y los mastodontes parecidos a los elefantes del Pleistoceno. En estos grupos, la evolución no ha sido relacionada a los niveles atmosféricos de oxígeno, Harrison explica. “Obviamente, existen otras razones ambientales o ecológicas que expliquen el gigantismo y la extinción del mismo,” añade.
Los insectos Paleozoicos pueden haber sido capaces de usar otros mecanismos, como bombas respiratorias, para incrementar el flujo de aire en sus tráqueas. Si fue así, las especies gigantes podrían haber maximizado su habilidad para respirar incluso en ambientes con bajos niveles de oxígeno. Factores ecológicos podrían explicar también el patrón del gigantismo prehistórico. Por ejemplo, algunos biólogos de insectos favorecen la idea de que los insectos Paleozoicos fueron exitosos porque eran menos propensos a ser depredados. Sus masivos cuerpos podrían haberlos hecho luchadores más fuertes, o hacerlos muy grandes para ser considerados presas factibles. Otra explicación posible es que los aumentos en la diversidad ecológica podría simplemente haber diversificado las opciones de tamaño corporal para los insectos. Ser “gigante” era solo una de las alternativas.
Esta historia fue publicada originalmente en Revista de Investigación ASU – edición de otoño de 1991. Algunos contenidos han sido actualizados e imagenes adicionales desarrolladas para Ask A Biologist. Imagen del fósil de Meganeuridae por Wikimedia.
Danika Painter. (2017, May 31). Bichos Muy Muy Grandes, (Ana Lucia Garcia, Trans.). ASU - Ask A Biologist. Retrieved September 27, 2024 from https://askabiologist.asu.edu/Los-insectos-prehist%C3%B3ricos
Danika Painter. "Bichos Muy Muy Grandes", Translated by Ana Lucia Garcia. ASU - Ask A Biologist. 31 May, 2017. https://askabiologist.asu.edu/Los-insectos-prehist%C3%B3ricos
Danika Painter. "Bichos Muy Muy Grandes", Trans. Ana Lucia Garcia. ASU - Ask A Biologist. 31 May 2017. ASU - Ask A Biologist, Web. 27 Sep 2024. https://askabiologist.asu.edu/Los-insectos-prehist%C3%B3ricos
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