Recolectando algas para el laboratorio

Los ficólogos – que no deben ser confundidos con los psicólogos – son científicos que estudian fitoplancton, o algas. Algunos ficólogos investigan qué pasa dentro de las células del fitoplancton. Otros tienen curiosidad por la ecología de las algas; es decir, quieren saber qué tipos de algas viven en diferentes sitios y cómo afectan a otras criaturas que viven ahí. Y aún hay otros que están tratando de usar las algas para beneficio de los humanos, como hacer combustible basado en algas.

¿Quieres saber más sobre cómo es estudiar plancton y el océano? Lee acerca de la ficóloga y oceanógrafa Susanne Neuer.

La tienda de fitoplancton

Cuando un ficólogo necesita una especie particular de algas para un proyecto de investigación, él o ella puede, muchas veces, ordenarlo, igual que puedes pedir un pez específico de una tienda para animales o una planta de un invernadero.

Antes de que un ficólogo pueda empezar a estudiar estos organismos, necesitan ser traídos al laboratorio. Arriba hay filas de frascos de cultivos de fitoplancton creciendo en el laboratorio.

Las organizaciones que venden algas a los científicos se llaman colecciones de cultivos porque mantienen muchas especies de algas creciendo “en cultivo”. Eso significa que hacen crecer fitoplancton en un frasco de vidrio en agua dulce o marina. Dan mucha luz a las células y suministros frescos de nutrientes para mantenerlos vivos y creciendo.

La gente que trabaja en las colecciones de cultivos tienen que ser muy cuidadosas para mantener estos cultivos limpios. Si una pequeña cantidad de bacterias u otro tipo de alga entra en el frasco, puede contaminar y arruinar el cultivo entero muy rápidamente.

Herramientas para recolectar algas

La oceanógrafa Jessica Amacher muestra una red de plancton. La red es arrastrada detrás de un bote para recolectar algas y zooplancton en la botella gris del final.

¿Y si eres un investigador que quiere estudiar una comunidad natural de fitoplancton? No puedes pedir eso de una colección de cultivos, así que solo hay una opción: ¡aventurarse a un estanque, lago, río o al océano y recolectar algas silvestres!

Alguno del equipamiento que los ficólogos usan para recolectar sus muestras es muy simple. Un científico estudiando algas en un lago cercano puede alquilar un bote, usar una jarra de agua de plástico para recoger agua de la superficie y poner la botella en un pequeño refrigerador lleno de hielo para mantenerlo frío hasta que se pueda llevar al laboratorio.

Otras herramientas para la recolección de algas son más sofisticadas. Los investigadores que estudian el fitoplancton marino tienen que obtener muestras de 150 m (casi 500 pies) de profundidad o aún superiores. ¡Es demasiado profundo para llegar desde el borde de un bote con una botella de plástico! En su lugar, envían artilugios controlados por ordenadores con altas botellas de acero que pueden soportar la presión de las aguas profundas y recolectar esas muestras.

Un aparato para tomar muestras en aguas profundas, varios metros por debajo de la superficie.

Cuando los ficólogos recolectan muestras de fitoplancton, a menudo también recolectan información del ambiente o sitio de donde obtuvieron la muestra. La temperatura, la salinidad de las aguas, la cantidad de oxígeno disuelto en el agua, y cómo es el tiempo – todas estas cosas pueden ayudar a los científicos a entender qué hace crecer ahí a los diferentes tipos de algas y cómo esa comunidad de algas cambia a través de los días, semanas y años.