Con una extensión tan enorme como la del océano, ¿cómo podemos dividirlo en sólo dos biomas? Resulta ser que a medida que se alejan de los continentes, los océanos cambian y la vida que lleva consigo, también. Es por eso que podemos dividir al océano en un bioma marino costero y un bioma de aguas abiertas.

El bioma costero (también conocido como costa) se encuentra cerca de orillas, playas y acantilados desde donde vemos a las olas del mar llegar. Aquí es donde podemos encontrar la mayoría de ambientes que nos imaginamos cuando pensamos en el océano. Nos podríamos perder entre arrecifes de coral, playas arenosas, manglares, y praderas marinas. A pesar de que la costa es sólo una pequeña parte del océano, es la más productiva de los dos biomas. Esto significa que las costas albergan más biodiversidad marina, lo cual provee alimentos para muchos animales incluyendo al ser humano.

El mar abierto se extiende por cientos de millas de costa a costa. Este bioma también desciende desde la superficie del mar hasta la fosa más profunda. El mar abierto cubre el 45% de la superficie terrestre, siendo así el bioma más grande. A pesar de ser tan grande, el mar abierto está escasamente poblado en comparación con las costas, lo que lo hace casi como un desierto oceánico.

La fuente de la vida

Sobre la superficie terrestre, la luz solar es sumamente importante para las plantas y animales ya que provee energía para mantener con vida a las plantas. En los biomas marinos, la vida también depende de la luz del sol, pero otro proceso es igual de importante. Debido a que en los océanos no hay tierra que provea nutrientes, las plantas y animales dependen de afloramientos.

Los afloramientos ocurren cuando aguas muy frías del fondo del océano son empujadas hacia la superficie. Esto arrastra nutrientes en dirección a la luz del sol y permite que criaturas muy pequeñas en el agua puedan convertirlos en alimento. Los peces se alimentan de estas pequeñas criaturas, y a su vez, aves, delfines y humanos se alimentan de estos peces. ¿Sabías que el 90% de nuestros alimentos del mar son atrapados en el bioma costero?

¿Por qué el agua del suelo marino tiene tantos nutrientes? La respuesta es algo asquerosa. Cuando los animales en la superficie mueren o se comen a otros animales, sus cuerpos, comida restante y desperdicios fecales se asientan lentamente en las profundidades del océano. Para cuando estos restos llegan a las profundidades, caen como nieve hacia el suelo. Los científicos llaman a estos restos “nieve marina”. Sólo imagina estar sentado en completa oscuridad en el fondo del océano y que constantemente te caigan restos de animales y desperdicios fecales en la cabeza.

Contaminación en el paraíso

¿Qué tan importante es el océano para ti? Tal vez surfeas todos los días, o tal vez comiste pescado el viernes pasado. O puede ser que vivas en la montaña y nunca pienses en el océano. Aun así no le des mucha importancia, es posible que tengas una gran influencia sobre él. Muchos de los desperdicios que generamos son responsables de altos niveles de contaminación.

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Los químicos llegan al océano de distintas maneras. Por ejemplo, cuando llueve, el agua de la lluvia recoge restos de contaminantes, como aceite de auto, que luego carga hasta llegar al mar. Los plásticos también son un gran problema. Las botellas de bebidas gaseosas, bolsas de supermercado y el poliestireno expandido bajan con el agua de río o son llevados por el viento por millas hasta que llegan al océano. Los plásticos pueden flotar sobre las olas por décadas o pueden hundirse a las profundidades del océano.

A pesar de que sólo hemos explorado una pequeña fracción del bioma marino, los científicos creen que el ser humano ha tenido una gran influencia sobre cada parte de él debido a los desperdicios y contaminantes químicos que hemos introducido. La contaminación que creamos termina en lugares muy lejos de donde vivimos  y eso no nos permite ver las consecuencias de nuestras acciones. A pesar de que recibimos alimentos y oxígeno de este bioma, la mayor parte del océano no tiene dueño o es mantenido por ningún país o gobierno. ¿Pero de quién es la responsabilidad de mantener el océano saludable? La respuesta es que todos compartimos esta responsabilidad.